martes, 13 de noviembre de 2012

ENSAYO FINAL



PROCESO DE ACEPTACIÓN DE UN PACIENTE DESPUÉS DE HABER SIDO DIAGNOSTICADO CON CÁNCER DE LEUCEMIA

La “leucemia” proviene del griego leukemia sufijo que significa “aumento de leucocitos en los tejidos, en la sangre o en ambos, es una neoplasia maligna de los órganos hematopoyéticos que se  caracteriza  por una sustitución difusa de la médula ósea por precursores de leucocitos, número y forma anormales de leucocitos inmaduros en la circulación general e infiltración de los ganglios linfáticos, bazo, hígado y otros órganos”. (2006, 1º Bienal De Pediatría Colsubsidio). La incidencia es doble en el varón que en la mujer. Suele presentarse desde la niñez hasta la adultez, en los niños se denomina “leucemia aguda infantil”; en la edad adulta “leucemia linfocítica crónica”. La leucemia aguda infantil es el cáncer más frecuente en el niño,  con una mayor frecuencia de aparición entre los 2 y los 5 años de edad. La ausencia de un centro de referencia en hematología, que aglutine la información  de pacientes diagnosticados y tratados en el país, no ha permitido una valoración exacta de la población infantil comprometida así como tampoco la unificación de criterios terapéuticos evaluables, por esta razón, muchos pacientes han fallecido sin poder recibir un tratamiento que les garantice la posibilidad de llevar una vida saludable, siendo la primera causa de muerte por cáncer en la población colombiana sin dejar atrás la ciudad de Santiago de Cali. Una de las causas que puede afectar  a un paciente con leucemia es la falta de una economía estable que le permita cubrir con los gastos médicos y cuidados especiales que requiere la enfermedad, por este motivo,  muchas organizaciones del sector privado han fundado centros médicos sin ánimo de lucro que se encargan de  mejorar  la calidad de vida de un gran número de personas. Una de las fundaciones más destacadas en acompañamiento y medicina avanzada en la ciudad es la fundación “Carlos Pórtela” que, a través de un continuo acompañamiento emocional, económico, jurídico y espiritual encaminado a su bienestar integral responde a uno de los mayores interrogantes: ¿Cómo es el proceso de aceptación de la enfermedad por los  pacientes y sus familiares después de haber sido diagnosticados con cáncer de leucemia? Para dar respuesta a esta pregunta se planteó un estudio descriptivo por medio del acompañamiento que brinda la fundación a los pacientes dividiendo el proceso de aceptación en tres etapas: El proceso de duelo o negación, la adaptación y  la aceptación.

La fase terminal de la enfermedad oncológica supone el enfrentamiento del paciente con su propia muerte. Es por eso que cobran principal importancia los aspectos emocionales y existenciales tanto en el paciente como en su familia, que destacan la fuerte ruptura con la vida cotidiana,  la despersonalización la pérdida de equilibrio emocional y las tensiones asociadas al tiempo de espera. Un esquema evolutivo de la aceptación del proceso terminal, ha permitido establecer en los mecanismos de reacción y de defensa que entran en funcionamiento durante la enfermedad mortal, una fase inicial de negación o duelo que mitiga la ansiedad inicial a la que se ven sometidos los pacientes, cuando las personas que lo rodean también niegan la  realidad, el paciente se siente solo y aislado. El rechazo sirve para cubrir un choque inesperado, como  un diagnóstico terminal, proporcionando tiempo para recogerse y movilizarse de nuevo. Generalmente, la negación es una defensa provisional para ser luego sustituida por una aceptación parcial del hecho. La amenaza del diagnóstico es reducida al mínimo en consecuencia el tema de control de la enfermedad es irrelevante, lo cual se acompaña de una actitud de negación hacia el impacto de la enfermedad en la vida del paciente. Pero no hay control que pueda ser ejercido sobre la situación, el paciente no tiene una actitud pasiva o resignada, donde las estrategias activas de lucha hacia el cáncer están ausentes.

Un informe estadístico, hecho por la fundación “Carlos Pórtela” demuestra que  cerca del 90% de las familias caleñas con parientes con cáncer de leucemia, la prevalencia de trastornos emocionales (básicamente ansiedad y depresión) es la misma que en los propios afectados. El diagnóstico altera el bienestar armónico familiar, en los hogares con infantes diagnosticados con leucemia y son abandonados por uno de sus dos padres en el proceso de aceptación. Los problemas económicos comienzan a  formar parte de su diario vivir, las extensas horas de hospitalización y tratamiento hacen un poco más difícil la aceptación de la afección física del paciente por sus familiares, negando totalmente la realidad de los hechos. Muchas familias se sienten aisladas a raíz de experiencias desagradables, la enfermedad desgasta sus energías en atender las nuevas necesidades creadas,  así como el tratamiento. Al mismo tiempo, existe el tabú del cáncer en la población y muchas personas no saben cómo actuar ante un pariente diagnosticado con cáncer. Estas familias reducen la frecuencia de relaciones por su situación especial, por ira o por vergüenza o, sencillamente porque no prefieren hablar del tema.

De la misma forma, la etapa de negación por la que atraviesan los pacientes y sus familias pronto será sustituida por una adaptación parcial del hecho. Alrededor, de esa etapa comienza el diálogo con Dios, consigo mismo, con los médicos. El pacto interno que se establece, lleva implícita la negociación con la enfermedad sobre un nuevo estilo de vida. El significado psicológico de la negociación, consiste en que el paciente tiene el valor de mirar de frente a lo que le acontece y pide que se le alargue la vida para poner en orden sus cosas. Nace instintivamente un  espíritu de lucha. El paciente ve la enfermedad como un desafío y tiene una actitud optimista frente a los resultados, se involucra activamente en el proceso de recuperación, participa en las decisiones sobre el tratamiento y está dispuesto a luchar contra la enfermedad. Muchas veces el cáncer lo que hace es activar los recursos de los que ya dispone la familia. No siempre  la enfermedad cambia las relaciones familiares, sino que el grupo familiar se enfrenta a la situación según su manera de funcionar habitual, por ejemplo,  la persona más fuerte emocionalmente no tiene porqué ser un padre o una madre, puede ser el hijo mayor u otro hermano. La familia es importante, pero el paciente  es el protagonista de la situación y, de hecho, es quien sobrelleva el miedo a la muerte, la amenaza a su integridad, por ello el entorno debe adaptarse a él. Vivir con un diagnóstico de  cáncer  incluye muchos ajustes de vida. La adaptación  normal incluye aprender  a hacer frente al sufrimiento emocional y resolver los problemas que trae consigo el cáncer. Los pacientes que viven con cáncer no realizan todos estos ajustes de una vez, sino sobre un periodo de tiempo a medida que cambia su enfermedad y tratamiento.

Del mismo modo, la fundación “Carlos Pórtela”, ha establecido que el paciente encuentra una mayor adaptación, si puede continuar con sus rutinas y trabajos habituales, seguir realizando actividades que les importen, que les ayude a sobrellevar las tensiones de su vida. Los métodos para hacer frente  a situaciones difíciles colaboran a que el paciente se adapte; los métodos incluyen el uso de pensamientos o comportamientos en situaciones difíciles.  Por ejemplo, cambiar una rutina diaria o un horario de trabajo para manejar los efectos secundarios del tratamiento del cáncer como mecanismo para enfrentar una situación difícil. Los pacientes, que se adaptan bien habitualmente, participan mucho en su lucha contra el cáncer; ellos también continúan buscando el significado y lo que es importante en sus vidas. Los pacientes que no se adaptan bien, se pueden distanciar de relaciones o situaciones, sintiendo desesperanza. Sin embargo, la fundación sigue realizando estudios para determinar el modo en que  los diferentes tipos de métodos,  para enfrentar situaciones difíciles afectan la calidad de vida de los sobrevivientes.

Una vez se ha pasado por los estadios anteriores, se produce la aceptación. El paciente, llegará a una fase en la que su “destino” no le deprimirá. En esta etapa, se vivencia la idea de la limitación del tiempo de vida y la sensación de que “eso es así y esta bien”. Aquellos que llegan a su muerte con esta sensación, habiendo resuelto sus asuntos pendientes (afectivos, organización, etc.), fallecen en paz consigo mismos y con el mundo. El paciente aprende amar, a vivir y sentir cada segundo de su existencia, valora lo que Dios ha hecho de él  y su familia hasta el momento. Don Miguel Ruiz, Escritor de la Cultura Azteca dice:"Imagina que vives sin miedo a tomar el riesgo de explorar la vida. No tienes nada que perder. Sin miedo a estar vivo en el mundo y sin miedo a morir. Imagina que te amas a ti mismo, tal y como eres, que amas a tu cuerpo tal y como es, y a tus sentimientos tal y como son. Saber que eres perfecto justo como eres”.  (1989, Poder y fe)

La perfección y la belleza van más allá de la percepción humana, lo más valioso lo constituye la tranquilidad del espíritu, el poder que nos otorga de realizarnos materialmente. El paciente al aceptar su condición, llega al punto más alto de todas las reacciones emocionales que experimenta.  Si hay alguna esperanza de seguir viviendo, no hay angustia, solo existen la paz y la tranquilidad. En esta etapa el paciente hace su despedida, y todo lo que desea es no sufrir. El paciente germina una comunicación no verbal que verbal, debido a la constante debilidad que emana su cuerpo, los familiares comienzan a establecer una mejor comunicación entre ellos y los cuidados requeridos, encuentran mejor empatía con el afectado, comparten diferentes actividades de su interés haciendo de los últimos días de su existencia una experiencia inolvidable.

Por otro lado, la fundación “Carlos Pórtela” por medio de su continuo acompañamiento espiritual y emocional, asegura que una de las mejores etapas del proceso evolutivo de la enfermedad, es la aceptación; porque por medio de esta, el paciente entra en regocijo consigo mismo, aflorando una nueva etapa de reconciliación con su entorno y con la vida misma, dejando atrás la fuerte ruptura con la vida cotidiana a la que fue sometido y a la despersonalización que vivió a  lo largo del proceso. Encamina su vida a compartir su limitado tiempo al lado de los seres que ama y que son el soporte de sus tensiones físicas.

A demás, de las tres etapas elementales, el esquema evolutivo de aceptación del proceso terminal, ha permitido establecer etapas de defensa o reacción intermedias, que entran en funcionamiento mediante la enfermedad, como la ira y la depresión.  La ira o enojo se presenta cuando el paciente ya asumido el diagnostico y el pronóstico de la enfermedad, pero hay una revuelta interior y de buscar un culpable para esta situación. Durante este periodo se convierte el paciente en una persona difícil, quejumbrosa y exigente,  que descarga su cólera con todos los que lo rodean, constantemente se pregunta ¿Porqué a mi? La depresión indica el sentido de lucha como una gran pérdida, en esta etapa las personas necesitan llorar, afligirse por la pérdida de su propia vida, se caracteriza por un pesar silencioso y preparatorio del duelo, ya no intenta ser un ser sociable, el diagnóstico es visto como una amenaza mayor, existe la creencia de que ningún control puede ejercerse sobre la situación. Sin embargo, la ira o el enojo se entrelazan  con  la negación y la depresión. Es una parte esencial y beneficiosa de la preparación para aceptar la muerte inevitable, fijando a las tres etapas anteriores como fundamentales. Solo los pacientes que han podido superar  sus angustias y ansiedades podrán morir en una fase de aceptación y paz.

En consecuencia, no es común que una persona enfrente el cáncer o el proceso de muerte en total aislamiento social. Lo deseado es que lo acompañen la familia, los amigos, y el equipo de salud. Pero, mientras esto ocurre, el paciente debe atravesar, por tres distintas etapas en el proceso de aceptación de la enfermedad, la negación, la adaptación y la aceptación. Como se ha mencionado anteriormente, la negación refleja  el estado de ansiedad inicial al que es sometido el paciente, la adaptación estimula una negociación implícita con la enfermedad sobre un nuevo estilo de vida; y la aceptación, vivencia la idea de la limitación del tiempo de vida. Cabe destacar, que se ven acompañadas por dos etapas intermedias: la ira y la depresión, como parte del proceso. Evidentemente, el proceso psicológico por el cual atraviesa el enfermo terminal, es largo, doloroso y complejo, varía de un enfermo a otro, según la experiencia vital de cada uno.

































BIBLIOGRAFIA

TORRES SANCHEZ, Fernando. “1° Bienal de pediatría Colsubsidio”. Primera edición: Colombia. Editorial copyright. Pág. 205-223

GUSPERT, Carlos. (2007) “Diccionario de medicina océano Mosby"     versión en español de la cuarta edición de la obra original en ingles Mosby´s  Medical, 4er Edición en Español: Barcelona España. Editorial: Océano Grupo Editorial.

HAMMERLEY, Marcelo A. (1980) “Enciclopedia de  Medicina Moderna”. Segunda edición: California E.E.U.U. Editorial: Ediciones Interamericanas.

WELLS, George (1971)” De la epididimitis a la leucemia” en La agricultura científica. Primera edición: USA. Editorial: Limusa-wiley S.A. pág. 245-257

VILLEGAS BERNAL, Jaime (2002) “El virus de la Leucemia del ratón” en  “De Genes y gentes”.  Primera edición: Colombia. Editorial: Panamericana formas e impresos. Pág. 116-117


MEDELLÍN, Universidad de Antioquia (1968) “Informe sobre la investigación de la leucemia”. Revista de la Universidad de Antioquia. Pág. 899-902


“Leucemia el cáncer más común en Infantes”. (1997-9 de diciembre). El País- sección salud y vida. Pág. 4

ESCOBAR, Miguel (1991- 16 de junio) “Muerte Blanca”. El País. Pág. 20

“Nuevas caras contra la leucemia”. (1998-13 de enero). El País, sección salud y vida. Pág. 5-6.  


CORREA, José Alberto. (2007) "Hematología, oncología, nefrología, oftalmología y genética. En Fundamentos de pediatría. Tercera edición: Editorial CIB Medellín, Colombia. Pág. 81-94



GRANADOS, Enrique. (2007) “Familia”. En Fefoc.       

www.familiaycancer.org/doc.php?op=familia. Revisado el 2 de Febrero de 2008.

INSTITUTO NACIONAL DEL CÁNCER, “Adaptación al cáncer: ansiedad y sufrimiento”. En Cáncer. http://www.cancer.gov/espanol/pdq/cuidados-medicos-apoyo/adaptacion/Patient/page1/AllPages/Print. Revisado el 22 de junio de 2012

MUTTI, María Fernanda. (2008) “Reacciones psicológicas de los pacientes y familiares en la enfermedad terminal”. El Instituto de Investigaciones Neurológicas Raúl Carrea. Primera edición: Buenos Aires.